La primera que más halagos recibe es Hedwig. Quizá sea porque es la que aparece en más ocasiones y porque es la que Harry Potter confía mucho de los secretos que tiene que transmitir a sus amigos. A pesar de ser una lechuza, tiene mucho carácter y en ningún momento duda de lastimar con su pico la mano de Harry cuando esté, sin intención la ofende de algún modo.
La segunda que podemos incluir dentro de este particular ranking es Fawkes. Una mascota de la que no se conoce mucho ya que antes de caer en poder de Albus Dumbledore, se desconoce el número de dueños que esta pudo tener a lo largo de toda su existencia. Además, para todos aquellos que no hayan visto la saga, decir que protagoniza algunas de las mejores escenas de todas.
Buckbeak es la tercera mascota de la saga en cuestión que vamos a tratar dentro de este repaso. Se trata de un hipogrifo, o lo que es lo mismo, una mezcla entre león, águila y caballo. Como curiosidad, decir que justo al finalizar el sexto libro de los escritos por Rowling. Esta particular mascota comparte con Harry Potter una escena épica de la que muy pocos se olvidan una vez la han leído o, si prefieres la película, la han visto.
La Señora Norris también se ha ganado un puesto en nuestra lista. Un gato realmente inteligente del que nunca se llega a conocer el origen de su curioso nombre, se dedica a salvaguardar el castillo, a los estudiantes y, por supuesto, a Argus Filch. Un personaje muy interesante que merece mucho la pena disfrutar.
Por último, no hay que olvidarse de Scabbers. Y decimos que no hay que olvidarse porque es realmente original ya que ni sabemos si debe considerarse o no como una mascota. Y es que para los que ya han visto o leído el tercer libro, hay que decir que en ese momento es cuando se descubre que en realidad se trata de Peter Pettigrew.
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