La infiltración es uno de los actos médico veterinarios que más dudas y resistencias genera en los propietarios de los caballos a la hora de decidir los tratamientos a emplear.
Una infiltración no es más que la aplicación de la medicación en el sitio preciso de la lesión en vez de aplicarla por vía general.
¿Qué ventajas e inconvenientes tienen las infiltraciones?
En cuanto a ventajas podemos decir que
- Se logran efectos analgésicos o antiinflamatorios mucho más potentes que con los tratamientos administrados de forma convencional.
- Los efectos beneficiosos son más duraderos que los obtenidos con medicación sistémica
- Se evitan los efectos adversos que producen los antiinflamatorios, a nivel de estómago, hígado, médula ósea, en las dosis y duración del tratamiento que serían necesarios para lograr un efecto parecido al de la administración local.
- Se reduce en altísima proporción la cantidad de medicación a emplear, que administrada por vía general.
- Se reduce notablemente los tiempos de recuperación, en algunas circunstancias, permitiendo que el caballo vuelva a su actividad, en menor tiempo.
Los inconvenientes pueden resumirse en
Riesgo de infección, que puede minimizarse empleando una técnica aséptica rigurosa.
Dificultad técnica en abordar algunas articulaciones profundas.
Los medicamentos se pueden administrar por vía general o sistémica o por vía local. Cuando los administramos por vía general, ya sea por boca o de forma inyectable, se absorben y se distribuyen por todo el organismo, llegando una muy diluida cantidad al órgano blanco, que es donde necesitamos que el medicamento ejerza su acción.
Las infiltraciones son una forma de colocar la medicación en el lugar de la lesión, logrando con ello una concentración de fármaco en la zona afectada muchísimo más alta, logrando así efectos mucho más intensos, más duraderos y en ocasiones totalmente curativos.
Normalmente infiltramos en el interior de las articulaciones, en las masas musculares o en las vainas tendinosas y otras veces infiltramos perilesional, o sea, alrededor de la lesión, como en un sobrehueso activo, en crecimiento, a cerca y alrededor de un ligamento lesionado.
En qué tipo de situaciones decidimos realizar una infiltración.
- En la patología articular, crónica y degenerativa. Es una de las situaciones más frecuentes. Muchos caballos de deporte, desarrollan enfermedad articular degenerativa desde edades a veces muy tempranas. A medida que pasan los años, la probabilidad de desarrollar problemas de este tipo se incrementa notablemente.
En el tratamiento de la patología articular, podemos usar básicamente las siguientes herramientas:
Infiltración de articulación del menudillo
- Antiinflamatorios no esteroides, orales o inyectables, que van a ser eficaces mientras se los administremos. Desgraciadamente todos ellos tienen efectos adversos y su uso prolongado en el tiempo, produce gastritis o úlceras, daño hepático, disminución en la producción de células sanguíneas y eventualmente daños renales. Por eso debemos usarlos de forma limitada.
- Los herrajes ortopédicos, en general si los problemas se sitúan en las partes mas distales de la extremidad.
-Los condroprotectores , son sustancias de origen natural que nutren el cartílago y retrasan la evolución del proceso degenerativo.
-Las terapias alternativas, como homeopatía, acupuntura, ozonoterapia.
Terapias físicas, como hidroterapia, laser, ultrasonido, onda de choque radial etc..
-Solo eventualmente usaremos las infiltraciones articulares. Llegar a un mantenimiento de una o dos infiltraciones por año, es exitoso y a ese ritmo la probabilidad de daños colaterales es muy baja, siendo de todas las herramientas disponibles en la terapia articular, con las que se obtienen los mejores resultados.
Los tratamientos más modernos en la patología articular o tendinosa se basan en la infiltración en el sitio de lesión de factores plasmáticos ricos en plaquetas, o células de médula ósea, ambos obtenidas del propio paciente. La capacidad de regeneración del tejido lesionado es con estos tratamientos de mucha mejor calidad, minimizando los riesgos de recaidas.
Infiltracion intralesional ecoguiada de células madre de origen medular, en un tendón flexor superficial, bajo anestesia general.
- En las masas musculares. En muchas ocasiones los caballos aparecen con contracturas de dorso, lomo o grupa, mas raramente de espalda o cuello. Se suele apreciar resistencia en el trabajo, mal rendimiento, rigidez o asimetría y diferencias de comportamiento en un ejercicio u otro.
Muchas veces se produce un cuadro de contractura, esta produce dolor, esto genera contractura y de esta manera se va perpetuando el problema. Solemos emplear terapia física, como masajes, frio, friegas con diferentes sustancias, o fisioterapia. Si estas medidas no resultan suficientes, la infiltración local de la musculatura contraída, con antiinflamatorios, relajantes musculares, anestésicos locales o la combinación de ellos, es en muchos casos totalmente curativa, descontracturando, relajando y permitiendo así que las fibras desinflamen totalmente.
En dolores muy crónicos, empleamos ocasionalmente derivados iodados, que generan un efecto rubefaciente moderado, atrayendo hacia la zona lesionada mayor aporte sanguíneo y con ello potenciamos los mecanismos antiinflamatorios endógenos.
- En las vainas tendinosas, cuando las vainas se inflaman, se produce un aumento del líquido que las lubrica, esto además de la presión que puede generar, produce depósito de sustancias de la inflamación, se crean adherencias, calcificaciones etc. El drenaje de este aumento del líquido patológico y la colocación en la propia vaina de sustancias antiinflamatorias, lubricantes, anticoagulantes etc., suele resultar muy beneficioso y a veces la única herramienta realmente eficaz.
- Perineuralmente, tratando de desensibilizar regiones, cuando la patalogía es crónica. Usamos en este caso, neurolíticos, que son sustancias que alteran moderadamente el nervio, en su porción sensitiva, actuando sobre la mielina que lo recubre, dificultando la transmisión de los impulsos y por ello disminuyendo la sensibilidad.
- En el denominado bloqueos regional endovenoso, donde después de aplicar un torniquete en una zona distal de una extremidad, inyectamos la medicación en la vena, que drena dicha región, impidiendo su retorno, “empapando así la región afectada de la medicación empleada, durante el tiempo que mantengamos el torniquete, logrando así en el tejido concentraciones muy altas del antibiótico o antiinflamatorio que hubiéramos empleado.
Hay dos preguntas frecuentes que recibimos cuando hablamos de infiltrar un caballo. Una creencia muy generalizada es que la infiltración genera dependencia. Esto es que una vez que la empleamos por primera vez, ya no podemos dejar de realzarlo en un futuro.
El otro mito generalizado es que la infiltración es algo nocivo por definición.
Respecto a la primera de las teorías, la dependencia, podemos negarla con rotundidad. La infiltración se usará cuando sea necesario, y valoraremos los efectos obtenidos. Si la respuesta es buena, puede perfectamente no ser necesarias mas infiltraciones, o plantearse un tratamiento de dos o tres en serie y después del reposo necesario, el caballo puede quedar curado definitivamente. Las usaremos cuando sea oportuno y su supresión es posible, sin generar efectos negativos por ello.
Se deben usar de forma moderada, tratando de combinarlas con el resto de las herramientas terapéuticas y usarlas pues, de forma moderada.
También es frecuente la opinión radical, totalmente contraria a las infiltraciones. Alegando frases contundentes como “ son nocivas y finalmente dañamos al caballo”. Esta filosofía tan conservadora limita en muchas ocasiones las opciones de curación o uso del caballo, y en muchos casos, en la enfermedad articular, gracias a las infiltraciones logramos que un caballo pueda seguir realizando su actividad, no necesariamente en la alta competición, sino equitación, salto, o doma a nivel amateur, paseo etc. Lograr que con una o dos infiltraciones al año el caballo se mantenga operativo, es a mi juicio una valiosa ayuda no solo para el propietario, sino también para el caballo, que de otra manera terminará su etapa activa como caballo de silla o deporte.
Un tema importante es el tipo de fármacos que se usan, la dosis empleada y la frecuencia de las mismas.
Algunas sustancias como el ácido hyalurónico, los glicosaminaglicanos o los factores plaquetarios o medulares, son totalmente beneficiosos. No producen efectos adversos y solo aportan factores nutrientes, desinflamotorios, lubricantes y protectores del cartílago articular.
Los fármacos denominados corticoides, clásicamente han sido responsabilizado de generar un beneficio de forma inmediata, pero una mayor erosión del cartílago a largo plazo.
Es por ello, que los usaremos muy eventualmente, acompañados siempre de protectores como el ácido hyalurónico, en las dosis menores y eligiendo el compuesto más adecuado.
En que situaciones NO HAY QUE USARLAS:
Debemos contraindicar la terapia por infiltración cuando alrededor de la zona diana se encuentre algún tejido infectado.
En casos de infección, se puede emplear el uso de antibióticos localmente, infiltrándolos en la región afectada.
Debemos evitar las infiltraciones analgésicas o antiinflamatorias, sobre los tejidos blandos. Tendones y ligamentos deben curar fundamentalmente con reposo. Solo es coherente el uso local de los factores de crecimiento, plaquetarios o medulares, para mejorar la calidad del tejido de reparación. En ningún caso el uso de estos factores disminuye los tiempos de reposo y curación.
Evitamos realizarlas en caballos jóvenes, tratando siempre con estos pacientes de ser lo más conservadores posibles.
Evitamos realizarlas de forma reiterada cuando sus beneficios fueran de corta duración.
Evitamos realizarlas para tapar dolor y con ellas poder competir. No son una herramienta para competir mejor, sino para tratar y mejorar lesiones o enfermedades.
Evitamos usar el uso de corticoides y si lo hacemos siempre acompañados de condroprotectores.
Evitamos usar dosis altas, con mejores beneficios y mayor daño articular, optando por dosis muy ,muy bajas, con las que se ha demostrado que puede haber incluso efectos beneficiosos sobre el cartílago.
Evitaremos emplearlas si por alguna razón las condiciones de higiene no pudieran aplicarse en completa técnica aséptica.
Con todo lo dicho estamos describiendo los criterios razonables y conservadores de su uso, donde si se tienen en cuenta, esta técnica será de valiosa ayuda.
En otros campos de la medicina, saliendo propiamente del mundo del deporte y las lesiones, las infiltraciones son una herramienta médica muy valiosa y en ocasiones irreemplazable.
Las usamos en pediatría, en la artritis séptica, para combatir la devastadora destrucción articular por efectos de la infección.
La usamos en oftalmología, de forma intraocular o subescleral, en numerosos casos de uveítis u otros problemas oculares.
Se usan en los sarcoides o algunas lesiones tumorales, donde podemos infiltrar alrededor del tumor sustancias inmunosupresoras o citostáticas.
Lo usamos en enfermedades infecciosas, a veces en lugares de difícil acceso, como la infiltración de el espacio subdural, entra cráneo y primera vértebra cervical, para tratar el tétanos o algunos tipo de meningitis.
En fin podemos, terminar que las infiltraciones son una herramienta médica, que usada con buen criterio es de muy valiosa ayuda. Que su uso puede ser perjudicial en algunos casos y altamente beneficioso en otros muchos. Que su significado, es solo una forma de administrar una medicación, y que lo importante para decidir, será su indicación precisa, las sustancias a emplear, las frecuencias de repetición, y el respeto por el paciente.